venres, 31 de agosto de 2018

Cholitas escaladoras, Los Andes, Bolivia

A principios de 2017, un grupo de cholitas bolivianas logróescalar el Illimani, la montaña más emblemática del departamento de La Paz. La historia comenzó hace dos años cuando un decena de ellas, quienes eran entoncescargadoras, cocineras o esposas de escaladoresprofesionales y guías de montaña, decidieron conquistar los picos más altos del país. Hasta el momento, llegaron a la cima de cuatro montañas, todas superiores a los 6000 metros sobre el nivel del mar. Ahora, se proponen otro desafío: escalar en países vecinos. 

Milen Saavedra
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Lidia Huayllas Estrada es cholita, vive en la ciudad de El Alto y tiene 50 años. Hace 15 que empezó a trabajar como cocinera de alta montaña. Lidia se dedica a preparar la comida para turistas y escaladores, incluido su esposo. Todos ellos suben a los nevados de la región andina de Bolivia. Pero hace dos años, la vida de Lidia dio un giro: logró encumbrar el nevado Huayna Potosí (6088 msnm), ubicado a 25 km de La Paz.
Hoy, esta mujer es la coordinadora del grupo de 16 cholitas escaladoras de distintas edades que ya “hizo cumbre” en cinco montañas de Bolivia: Huayna Potosí (6088 ms.n.m), Acotango (6050 ms.n.m), Parinacota (6350 ms.n.m), Pomarapi (6650 ms.n.m) e Illimani (6462 ms.n.m). Además ya no es solo un pasatiempo, pues en junio empezaron a acompañar a grupos de turistas.
“Esa primera vez fue en 2015. Fuimos 11 cholitas. Subimos el nevado Huayna Potosí y toditas hicimos cumbre. Siempre fue mi anhelo subir hasta la cumbre. Como ya tenía mucho tiempo de estar yendo como cocinera, quería subir, saber cómo se sentía allá”, recuerda emocionada Lidia, quien hasta entonces solo había llegado a campo alto, a 5130 ms.n.m.
Para Elena Quispe, de 22 años, al encumbrar este nevado se sintió feliz. “Era como si estuviese volando en la cumbre, encima de la neblina”, dice. Elena comenzó a trabajar a los 14 años como “porteadora”, es decir, cargaba las mochilas de los turistas (pesan entre 20 y 25 kg). Luego trabajó también como cocinera.
Pero comenzar no fue fácil. Aunque tuvieron apoyo de sus parejas, Lidia comenta que sintió mucha discriminación de parte de los escaladores y guías hacia ellas por ser mujeres. Asegura que trataban de humillarlas porque no creían que ellas tendrían la fuerza y la voluntad para llegar hasta la cima.
“Les dije a mis compañeras de trabajo que por lo menos hiciéramos la prueba; ver hasta dónde podíamos. Y llegamos a la cumbre en un solo intento. De esa manera, fue mi idea escalar las montañas”, agrega.


Cabe destacar que al escalar, las cholitas no se sacan la pollera, sino que la combinan con los implementos de seguridad requeridos para esta práctica: botas, crampones, arnés, casco y cuerdas. “Para hacer las cumbres no hemos dejado nuestra vestimenta porque es lo que siempre nos ha caracterizadoTampocopodríamos dejarla. Hemos demostrado que las señoras de pollera, las cholitas, sí pueden subir con su propia ropa”, destaca Lidia.
La tarea más difícil
“El Illimani es el más fuerte. Le tengo mucho respeto a esa montaña porque fue la más difícil de hacer. Todas teníamos que darnos aliento. Incluso pensábamos retornar pero nos dábamos ánimos, entre toditas nos colaboramos. Y lo logramos”, detalla Lidia respecto al pico que más les costó conquistar.
En esa ocasión, el viaje les tomó tres días. Primero llegaron al campo base, después subieron a campo alto. A medianoche se prepararon para llegar a la cima e hicieron cumbre a las 8 AM.
“El sentimiento al llegar es lo más hermoso que uno puede sentir; es como estar en un paraíso. Me sentí libre de todo. Recordé que todos pensaban que ni yo ni mis compañeras íbamos a poder hacer el Illimani. Pero demostramos con hechos y no palabras. Era, realmente, una emoción única”, asegura la escaladora.
Respecto a esta experiencia, Lidia también se siente orgullosa porque escaló este nevado junto a su hija Suivel, de 33 años, quien le acompaña en todas las escaladas. Agrega que a sus nietos también les gustan las montañas.
Una experiencia amarga para este grupo fue cuando escalaron el volcán Acotango, en la frontera chileno-boliviana. Según la superstición local, una mujer no debe realizar este tipo de actividades; solo los hombres pueden escalar. “Llegamos al pueblito, nos preparamos y escalamos, todo bien. Pero al retorno los del pueblo nos reclamaron el haber subido a la montaña y dijeron que se iba a derretir todo, que ya no iba a haber nieve. Nos hicieron sentir mal”, lamenta Lidia.
“Bajar es más difícil porque los pies ya están cansados y las rodillas tiemblan. A veces hasta nos podemos desubicar del camino porque con subir una vez no se conoce, la montaña va cambiando”, agrega la escaladora.


Por su parte, Elena considera que lo más difícil es madrugar y tener que empezar a escalar a las 12 de la noche. “También es complicado andar con pollera en la montaña. Pero ya estamos acostumbradas, ya sabemos cómo pisar, cómo caminar. A veces, la enagua se engancha en el crampón y ya no se puede sacar”, comenta.
Sin embargo, ella no se queja. Le gusta lo que hace, además tiene el apoyo de su familia y de su esposo, que también es escalador. “Aceptaron que escale, me dijeron que vaya a divertirme. Es bonito. Me animé porque desde chica siempre he trabajado”, dice.
Entre la fama y la práctica
Las 16 cholitas escaladoras comenzaron con poca preparación profesional, solo conocían lo que veían hacer a sus parejas y a los turistas. Ahora toman cursos de escalada profesional y de seguridad en alta montaña.
Además, cuando están escalando el nevado Huayna Potosí son bastante requeridas por los turistas, sobre todo para sacarse fotos. En temporada alta, que empieza la última semana de mayo, escalan cada 15 días, a veces cada semana. “Es bien emocionante que te digan esas palabras, te alientan mucho. A mí sinceramente me ha dado más ganas o más valor de hacer estas cosas. Quisiera ser más joven para poder hacer tantas cosas más que todavía tengo en mente”, comenta Lidia.
Esta práctica requiere también una inversión. Explican que el viaje más costoso fue el que hicieron al Acotango, porque debieron pagar US$ 100 entre transporte, equipoestadía y alimentación. El equipo de seguridad que usan es alquilado (US$ 50 por día), no pueden acceder a comprarse uno propio porque cuesta alrededor de US$ 2000. Pero el grupo espera ahorrar y comprar equipos o conseguirpatrocinadores.
Actualmente, un guía de montaña cobra 50 dólares por día. Las cholitas no reciben el mismo pago, pero esperan que se empiece a valorar su trabajo y se les pague de igual forma.
“Lo estamos viendo como una empresa para que nos genere dinero. No solo a mí sino a mis compañeras porque ellas tienen sus hijitos, económicamente les va a ayudar mucho”, comenta Lidia. Agrega que el costo de las escaladas desalienta a sus compañeras, “yo tengo que estar animándoles, les digo que va a haber trabajo y tal vez mucho más, que tenemos que seguir”.
Las cholitas quieren subir el nevado Sajama, ubicado en el departamento de Oruroa 6548 msnm, aunque comentan que requieren de más recursos económicos para lograrlo. “Este año vamos a trabajar más fuerte para tener más de recursos. Nuestro otro proyecto es ir al Aconcagua (6900 msnm), en Argentina, nuestra primera escalada internacional. Está proyectado para principios de noviembre”, añade Lidia.
El cielo es el límite”, dicen las cholitas. “¿Everest? ¿Por qué no? Querer es poder”, afirman.

Algunos datos…

· El nevado Huayna Potosí, que en aimara significa “cerro joven”, se encuentra a 25 km de la ciudad de La Paz.

· El volcán Acotango es un estratovolcán ubicado en la frontera de Bolivia y Chile, entre el departamento de Oruro y la región de Arica y Parinacota.

· El volcán Parinacota (“laguna de parinas”) es un estratovolcán situado en la frontera de Bolivia y Chile, entre el Departamento de Oruro y la Región de Arica y Parinacota respectivamente, encontrándose sobre la Cordillera de los Andes.

· La montaña Pomarapi está ubicada en el límite de Bolivia con Chile.

· El Illimani está ubicado cerca de la ciudad de La Paz. Es el de mayor altura de la Cordillera Real y el segundo de Bolivia.

· La fama de las cholitas escaladoras ha traspasado fronteras. Fueron entrevistadas por periodistas de distintos países y hasta un programa de la televisión china las acompañó al Huayna Potosí.

· El nevado Huayna Potosí se sube en dos días. A las 11 PM del primer día, se sirve el desayuno. A las 12 de la noche se sale hacia la cumbre, a la que se llega entre 7 a 8 horas después.

· La dieta básica de los escaladores consiste en pasta debido a la energía que aportan los carbohidratos.


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