xoves, 20 de novembro de 2014

El ‘efecto Morenés’ dispara el gasto militar

Teniente Luis Gonzalo Segura
http://www.publico.es/

Resulta difícil comprender que los ciudadanos se hayan mantenido al margen del nombramiento como ministro de Defensa de Pedro Morenés (2011 hasta la actualidad), algo que se debe y mucho a la escasa información que existe en los grandes medios de comunicación, aunque la pasada semana varios medios se referían a los presupuestos de Defensa del año 2015. Supongo que poco le importa al ministro que todos los partidos de la oposición los tachasen de “falsos”, “opacos” y “mentirosos”, de lo contrario ofrecería las cifras reales, ¿no?
Hablemos primero del ministro. Don Pedro estuvo en diversos puestos del gobierno de Aznar (1996-2004) siendo secretario de Estado de Defensa (1996-2000), secretario de Estado de Seguridad en el Ministerio del Interior (2000-2002) y secretario de Estado de Política Científica y Tecnológica (2002-2004) en el Ministerio de Ciencia y Tecnología. En el 2004, con la pérdida de las elecciones generales, reemprendió su carrera en el sector privado embarcándose en empresas como MBDA (misiles), Instalaza (recordada por las bombas racimo que vendió a Gadafi y que fueron usadas contra la población civil), Construcciones Navales del Norte o SegurIbérica. En el año 2001, la puerta giratoria se convirtió en noria y regresó como ministro de Defensa, siendo una de sus grandes decisiones dejar abiertas estas puertas giratorias (trabajar para la administración pública en puestos en los que se interviene de forma directa en negocios con empresas privadas y después trabajar para éstas) denegando una propuesta de UPyD para cerrarlas en junio de este mismo año.
La pregunta que nos podríamos hacer como ciudadanos es: ¿qué pasó entre el año 2011 y el año 2012 en el que toma posesión Pedro Morenés como nuevo ministro de Defensa? La respuesta es lógica: se dispararon los gastos. Analicemos los gastos publicados en la Agencia Europea para la Defensa, pero sobre todo, dejemos que los gráficos hablen por sí mismos.
En el primero de ellos, podemos comprobar que los gastos de adquisición de material de defensa aumentan desde el año 2011 al 2012 en un…¡300%! Recordemos que en esos momentos nos encontrábamos en plena crisis, con el país al borde del colapso y el rescate, la prima de riesgo asfixiándonos, la deuda pública aumentando un 50% desde el año 2008 al 2012, la tasa de desempleo subiendo un tercio desde el año 2009… y el gasto de defensa: ¡Pum! ¡Pelotazo!
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Otra gráfica que no puede dejarnos indiferentes es la que muestra la adquisición de equipos de defensa colaborativa que pasa de menos de 300 millones de euros en el año 2011 a… ¡casi 1.700 millones! Con ello superamos el gasto de ejércitos mucho mayores en tamaño e importancia como Francia o Italia y nos situamos muy cerca de Reino Unido… ¡Pum! ¡Pelotazo!
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Si nos vamos al cambio en las inversiones de Defensa del año 2011 al año 2012 nos encontramos con que ha aumentado un… ¡236%! Da igual que en ese mismo periodo se estuviese produciendo una reducción del número de efectivos militares que ya supera los 10.000 a día de hoy (casi todos ellos tropa)…¡Pum! ¡Pelotazo!

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Uno piensa que todo esto debería haber sido –y ser- un escándalo, pero los grandes medios de comunicación siguen en silencio o informando en las partes más oscuras y menos visitadas de sus medios. Hace menos de un mes que hemos conocido una nueva inversión de 10.000 millones de euros en compras de material militar, justo un año antes de terminar la legislatura (¡Qué casualidad!) y, de nuevo, silencio radio. Se publicó en el periódico El País y poco más. Es curioso que se propongan este tipo de ingentes inversiones cuando el propio ministro Pedro Morenés reconoce en una entrevista para Jane´s Defence Weekly (16/01/2013) que parte de la flota de carros de combate Leopard 2 ha suspendido su actividad.
Sabemos, a estas alturas, que es un gasto que no necesitamos, como bien dijo Constantino Méndez, el Secretario de Defensa en el año 2010 (en un informe que duró en la web de Defensa un mes y que fue borrado rápidamente como bien nos informó el prestigioso analista de defensa Bernardo Navazo): “Nunca debimos haber adquirido sistemas que no íbamos a usar, para situaciones de conflicto que no existían y, lo que es peor, con fondos de los que no disponíamos ni entonces ni ahora”. Por si estas declaraciones no son suficientes, el investigador del reconocido SIPRI (Stockholm Internacional Peace Research Institute) Sam Perlo-Freeman afirmó sobre las compras españolas de armamento que ascendieron a 30.000 millones de euros que “podría decirse que carecían de una clara justificación estratégica”.
Por tanto, debemos 30.000 millones de euros que van a convertirse en 40.000 millones de euros con los recientes compromisos de adquisiciones (más de 2Bankias) en material que no necesitamos, para conflictos que no existen y con dinero que no tenemos. Supongo que tener un tocapelotas como yo dando la lata todas las semanas con estos temas es peligroso, molesto y hay que silenciarle como sea: expulsión, encierro, desprestigio… ¡Todo vale! Ahora bien, si yo he sido encerrado por mis palabras y por una novela de ficción (Un paso al frente) pretenden expulsarme de las Fuerzas Armadas, ¿no debería alguien responsabilizarse por las decisiones tomadas y las deudas ocasionadas?
¿No es un escándalo que esta historia no sea portada de los grandes medios de comunicación?

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