luns, 4 de xullo de 2011

El eufemismo del rescate a Grecia


Viene imponiéndose en el argot económico la palabra rescate para referirse al dinero que es preciso poner por diversas economías para que el país Grecia no se quiebre.

En la forma como se emplea pareciera que la palabra rescate es sinónimo de ayuda a Grecia para que sea capaz de solventar la crisis que padece y que según especialistas económicos es preciso paliar con las medidas drásticas clásicas de siempre: apretasen del cinturón al máximo y mayor empobrecimiento para los trabajadores griegos.


Sin embargo un naufrago en altamar es rescatado cuando perdido ya sin fuerzas y a punto de perder toda esperanza de vida se le aparece en la distancia una embarcación que con un pitido y parlantes que le saludan porque viene a ayudarle, a rescatarlo bondadosamente, sin nada a cambio.


Pero el eufemismo para rescate se traduce para Grecia en préstamo económico y como todo préstamo de esas características y dentro de las leyes del mercado actual aplican los intereses que los prestamistas tengan a bien imponer y todas las condiciones agregadas que Grecia debe obedecer porque se trata de un préstamo obligado, no de un rescate y menos de una ayuda. Ni la UE ni el Banco de Europa, ni el FMI ni nadie está ayudando a Grecia. Simplemente se está aplicándole el lema de “al caído, caerle”. Grecia debe obligatoriamente aceptar el préstamo y todas sus horrorosas cláusulas sin chistar.


En America Latina donde se impuso a rajatabla el neoliberalismo a mediado de los años setenta, terminaron y siguen aun muchas de sus economías siendo deudoras -ad eternum- de los organismos financieros tipo FMI o Banco Mundial quienes le dicen a esos países cuánto le prestan, cómo le harán los desembolsos, en qué se aplicarán esos desembolsos y en que forma, cómo lo pagarán y en cuanto tiempo. Ríanse, ya que muchos países latinoamericanos no han podido pagar su deuda porque aun teniendo con qué pagarlas, las condiciones impuestas impiden salir de ella. Se trata de entonces de un préstamo oneroso y despiadado, no rescate.


Lógicamente ese tipo de “rescates” beneficia solo al prestamista, y aunque pueden hacer creer que es una bondadosa mano tendida al hermano Griego, no hay tal. Es el puño cerrado y duro del sistema financiero neoliberal que aprieta y asfixia sin llegar a matar porque matando se quedaría sin cliente y posiblemente sin paga.


Sacudirse de tal imposición del préstamo ha sido harto difícil para muchos países que han pasado por trances similares. Aconteció con Argentina obligada a devaluar y a impedir a sus ciudadanos rescatar dineros propios a los bancos. Pudo sacudirse pero negándose a pagar tal eufemística ayuda. No ha dejado de pagarla pero sí la ha pagado en la medida de sus posibilidades.


Si la vida de Grecia es casi eterna ¿por qué no se puede pagar en largos plazos dicho préstamo y por qué Grecia no puede negarse a recibirlo y producir su propia respuesta?


Sigue girando la noria.


alfredoivan50@hotmail.com
O Barco de Valdeorras. 03072011

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