MANUEL RIVAS
Imaginen que en la Cámara de los Comunes una mayoría de diputados decide cambiar los estatutos de la BBC, acabar con su independencia, y que el Gobierno designa para la cúpula directiva a forofos de guardia. Imaginen que el nuevo presidente francés, en una situación de crisis financiera, ponga a parir en público, tratándolos de incompetentes, a los responsables del Banco de Francia, y que anuncie una gran auditoría de los bancos nacionales por empresas privadas extranjeras, en algún caso de dudoso historial. Imaginen que el presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos viaje a Florida veinte largos fines de semana, ocupe un hotel de lujo en Miami Beach, con costes a cargo de la propia institución. Imaginen que este presidente declare a la prensa, en su descargo, que esos dispendios suponen “una miseria”. Imaginen que la Academia de la Historia de Alemania publique un Diccionario Biográfico Alemán, financiado por el Estado, en el que se niegue el carácter totalitario del régimen de Hitler y se omita su historial represor. Imaginen que el gobierno de Suecia decreta una amnistía fiscal para defraudadores, con la facilidad de “blanquear” el dinero por Internet. Imaginen que los portavoces del ministerio de Educación y Cultura de Italia desacrediten de forma reiterada la calidad de las universidades italianas, al tiempo que recorta sus recursos, pese a la evidencia de que miles de jóvenes investigadores son reclamados y contratados por universidades y empresas de otros países. Imaginen que la misma actitud se mantiene con las creaciones culturales, en especial con el cine. Imaginen que la presidenta de la comunidad de Madrid recibe con hospitalidad a los españoles vascos y catalanes que acuden a la final de la competición de Copa del Rey y que, como liberal, les anime a expresarse con libertad y en paz, sin caer en provocaciones y violencia.
En fin, mean sobre nosotros. Imaginen que es lluvia.
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