Llegaste con la noche iluminada
con el canto de estrellas del Caribe,
con la sonrisa aun de tu mañana
sacando mi nostalgia del camino.
Y fuiste tejiendo la red de tus ofrendas
entregando tus cantos y tus flores
tu risa de amor en la ventana
y tu vientre de pan para mi vino.
Entregaste las armas no vencida,
querías reconciliarte con mi espada
hacer tu alianza de árboles
y pájaros cuando la tarde llueve .
Y fuiste gladiadora de la vida
pareja fiel de múltiples encuentros
árbol de aroma y de perenne sombra
que calma el ardiente sofoco de los días.
Amor llegado de la tierra eres,
esponja mía de insaciables poros,
callado llanto que conmigo llevo
y vuelve añicos mi dolido pecho.
Adiós ya casi amor, eterno amor.
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