No se trata del comportamiento de una persona calificada de terrorista, sino del comportamiento de quienes diciendo defender la justicia, la democracia, y otras ideas ahora transformadas en triquiñuelas, se comporten al igual del asesinado como terrorista pero terrorista de estado.
En estas democracias cristianas occidentales donde se nos ha enseñado desde niños los altos valores de la justicia, el respeto por la persona humana, el respeto al territorio de otro estado, los llamados derechos humanos y la condena a la ley de fuga o ajusticiamiento del contrario indefenso; estamos viendo hoy que toda esa tradición viene siendo convertida en farsa, arrastrada por los suelos, y prevaleciendo la ley del antiguo Oeste norteamericano, la ley del más fuerte o traducido la ley Bush que resume: quien no es mi amigo es mi enemigo y en consecuencia puedo liquidarle a mi antojo.
Así que ante la vanagloria evidente del ajusticiamiento a un OBL indefenso, rodeado de mujeres y niños, fulminado de cerca con balas de muy alto calibre para gloria de Sade. No podemos algunas mentes criticas soportar tal macabra forma de asesinato por quién en ultimas disparó el gatillo: Barack Obama, ilustre premio Nobel de la Paz, quién con sus continuas intervenciones en guerras injustas y en éste ultimo episodio nos muestra que todo ha sido tergiversado y todo puede ser justificado. Y esas justificaciones rodeadas de un halo de falacias es vendida por todos los medios del mundo como la buena nueva ley. La ley del Nobel de Paz que significa lo necesario de justificar todas las guerras, justificar la mentira y llenar de imágenes el planeta porque la guerra indefectiblemente conducirá a la paz. Tal es la falacia que se vende pero que algunos nos negaremos siempre a comprar.
Remató Obama, en su discurso anunciativo al mundo de la muerte del indefenso OBL que: “Los Estados Unidos pueden hacer lo que se proponen, porque esa es su historia”. Esto indudablemente es una gran verdad; basta recordar las bombas atómicas caídas sobre Nagasaki y Hiroshima, las lluvias de NAPALM en Vietnam, la guerra sucia de Irak, los silencios ante los bombardeos Israelíes a Palestina, las bombas sobre Afganistán y un largo etcétera de violencia que traducidas a la verdad significan la validación impune del terrorismo de estado, abanderado con la falsa bandera blanca de una paz futura.
No a la injusticia venga de donde viniera y no a la justificación de la violencia solo porque proviene de las armas de los “buenos”.
OBL descanse en paz mientras muchos aun seguiremos buscándola.
O Barco de Valdeorras, España.
4.5.11
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