xoves, 29 de marzo de 2018

Los mil y un significados de “carallo”, la palabra comodín de los gallegos

Luis Landeira
http://www.publico.es/


¡Manda carallo! Con la serie “Fariña” arrasando en la tele, y el libro homónimo de Nacho Carretero disparando sus ventas gracias en parte a su secuestro, España entera está empezando a maravillarse y a utilizar en tono bufo expresiones de la riquísima y rabuda lengua gallega. Y, sin duda, “carallo” se lleva la palma.
Pero, si me permiten la redundancia, ¿qué carallo significa “carallo”? Pues lo cierto es que oficialmente “carallo” es un vulgarismo gallego para “pene”, similar al “carajo” castellano, al “caralho” portugués o al “cazzo” italiano. Y sin embargo, en Galicia usamos “carallo” como palabra comodín en todo tipo de frases y coyunturas.
Así que es buen momento para enseñar a los castellanoparlantes la forma de utilizar “carallo” y algunos de sus infinitos significados. Porque, como bien dijo el socarrón escritor gallego Camilo José Cela, “un ‘carallo’ a tiempo es una victoria dialéctica”.
Resignación
“¡Ay que carallo!”: el gallego es melancólico y sufrido. Y esta es su peculiar forma de decir “qué se le va a hacer”.
Indignación
“¡Qué carallo!” El gallego también monta en cólera, y cuando le queman un monte o le echan petróleo al mar suelta un sonoro ¡qué carallo!. Y que significa algo así como ‘¡hay que joderse!’
Calidad
“Estos percebes están caralludos”: que están ‘cojonudos’. Los percebes.
Desprecio
“Eso es una carallada”: hace referencia a una cosa que es una tontería, una parida, una memez.
Cachondeo
“¡Bueno, carallo, bueno!”: respuesta muy común cuando le cuentas algo gracioso a un gallego.
Cordialidad
“¡Vai ó carallo!”: aunque en castellano “vete al carajo” suena muy mal y es muy ofensivo, cuando un gallego te dice “boh, vai o carallo”, lo dice en tono cordial y ligero.
Curiosidad
“¡Eso qué carallo es!”: aunque parece una exclamación, es una pregunta, que viene a significar “¿Qué coño es eso?”
Algarabía
“¡Vámonos de carallada!”: sinónimo galaico de “vámonos de picos pardos”.
Contrariedad
“Tócate o carallo”: que te vayas a freír espárragos.
Meteorología
“Fai un tempo de carallo”: que hace un tiempo de perros y no “un sol de carallo”.
Hartazgo
“Déixate de caralladas”: que te dejes de marear la perdiz y vayas al grano.
Templanza
“¡Tranquilízate, carallo!”: mismamente, keep calm and manda carallo.
Amenaza
“Ven, carallo, ven”: acércate que te voy a dar pal pelo.
Ofensa
“No me seas carallo”: no seas membrillo.
Negación
“Non, carallo, non”: más claro no se puede decir, no.
Negación rotunda
“Nin carallo nin nada”: sí, sí se podía decir más claro: un “no” tan rotundo que hasta niega el “carallo”. Nihilismo á feira.
Juramento
“¡Me cago no carallo!”: me cago en tus muertos. En gallego también se usa la frase alternativa “¡me cago na cona!”, que hace referencia a los genitales femeninos.
Orden de callar
“Achanta cordeiro que conviene, carallo”: cállate la boca, so cabrito, por la cuenta que te trae.
Halago
“Es un tío de carallo”: lo que se dice “un tío de puta madre”.
Exabrupto
“¡Arre carallo!”: pues como cuando sueltas un “¡joder!” en castellano viejo.
Extrañeza
“Pero… ¿qué carallo pasa?”: similar a ‘¿qué coño pasa?’
Ánimo
“¡Dale, carallo, dale!”: suele usarse mucho en competiciones deportivas de toda índole.
Diagnóstico técnico
“Voy andando, que tengo el coche escarallado”: es decir, estropeado.
Caprichoso
“¡No me sale do carallo!: no me sale de salva sea la parte.
Fatalista
“Ten carallo a cousa”: poco más o menos, que ‘tiene bemoles la cosa’.
Agotamiento
“Estoy ata o carallo”: estoy hasta los mismísimos.
Distancia
“Está no quinto carallo”: que está muy lejos. En castellano se usa “está a tomar por el culo”, que suena bastante menos chusco.
Jocosidad
“Este hombre es un carallán”: que es un bromista, un guasón empedernido.
Impacto
“Ese parvo déuse un carallazo”: ese idiota se pegó un batacazo.
Duda
“¡Ay, carallo, esto como furrula!”: equivalente gallego a “ay, Dios mío, esto cómo funciona”.
*Este artículo contiene caralladas, fotos y datos de Cultura EducativaDesmotivacionesO Faro de Fisterra y La Voz de Galicia.

Ningún comentario:

Publicar un comentario