martes, 6 de marzo de 2018

¿Cómo se le pone la funda al puto nórdico?

GERARDO TECÉ

http://ctxt.es/


La del próximo 8 de marzo es la primera huelga en la que me toca estar del lado del que la recibe. Esta sensación de ser, por una vez, el gobernante es rara. Pero soy hombre en un mundo de hombres que ha permitido, fumándose un puro, que la mitad de la población sufra dificultades de todo tipo por ser mujer. Así que no voy a hacer el imbécil de negar que la huelga la merezco. Mucho ha tardado. Cuando uno se enfrenta a que le monten un paro estando de acuerdo con el paro, el efecto es doblemente extraño: sentirse tan torpe como Florentino Pérez preparando un piquete. ¿Qué hacer? Llevo semanas encontrándome en las redes, las tiendas y los bares una pequeña guía que explica qué hacer si eres hombre y apoyas la reivindicación de las mujeres y su paro del próximo jueves. Los pasos a seguir son bastante más sencillos que los botones de una lavadora: “Si eres padre, encárgate de tus hijas e hijos; si eres amigo, ofrécete de niñero; si eres compañero de trabajo, facilita que tus compañeras vayan a la huelga…”. Si tienes la ESO, la guía se entiende. Si tienes la ESO y ganas de entender a la de al lado, el jueves debería ser coser y cantar. Es decir, muy complicado, diga lo que diga el refrán.
El jueves será un día complicado porque no solo será un día de reivindicar, lo será de entender y ahí vienen las curvas. En la generación a la que pertenezco sabemos lo que es una cocina, un cuarto de baño, un cepillo, un recogedor, un estropajo, un bote de Fairy, una fregona, un cubo y tratar como igual a la de al lado. A estas alturas de la película, todo eso se nos supone, aunque uno a veces, como es mi caso, saque el carnet de minusvalía masculina para explicar que se rinde ante el nórdico y su funda. Si la huelga feminista del próximo jueves sirve para que yo le plante cara a ese monstruo de tela, bienvenida; si el precio a pagar en el trabajo es cubrir el turno de una compañera, no hay problema. Pero nos estaríamos quedando cortos. El principal objetivo del paro de mujeres es, además de que ellas se miren a la cara y se reconozcan como compañeras, que quienes gobernamos el mundo dejemos de hacerlo para compartirlo. El principal objetivo es que los hombres entendamos que la huelga no es una huelga de mujeres, sino una huelga general. Tan general es, que llama a la mitad de quienes pisamos el planeta. Tan general que no pide nada concreto. La huelga feminista no pide igualdad de salarios, ni tranquilidad al entrar al portal de casa por la noche, ni que el jefe o compañero deje de babosear, ni que se ponga en valor el trabajo doméstico, ni que desaparezcan los miles de asesinatos por ser mujer cada año, ni el techo de cristal, ni la explotación sexual. El paro del próximo jueves pide, sobre todo, que mujeres y hombres entendamos que todo esto está pasando. Y que movamos el culo, si no por solidaridad, por egoísmo: porque son nuestras madres, parejas, hermanas, hijas y compañeras las que lo sufren.
#NosotrasParamos #NosotrosEntendemos

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