David Torres
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“Somos creíbles” ha dicho Pablo Casado, el flamante monologuista de guardia de Génova, un humorista sin barreras que lo mismo se descojona de los familiares de las víctimas del franquismo que llama “imbécil” y “subnormal” a Javier Bardem. Eso sí, con mucho respeto. La elocuencia no conoce fronteras, aunque a veces se salte unas cuantas aduanas. Igual que Picasso, que cuando le acusaban de pintar como un niño de cuatro años, se defendía diciendo “¿pero usted sabe lo difícil que es pintar como un niño de cuatro años?”, Casado ha necesitado pasar por seis universidades, tal como especifica en su currículum en linkedin (una de ellas, sí, es Georgetown) para acabar hablando como un chaval de ocho.
Como siempre ocurre en el PP, cuanto más voceras, chulapo y lexicorto es el sujeto en cuestión, más alto le pegan la patada. Antes de llegar a vicesecretario de Comunicación (verbal, de momento), Casado formó junto a Carromero un dúo cómico al estilo de Abbot y Costello, puesto que al fin y al cabo los dos venían avalados por la cazatalentos Esperanza Aguirre, en cuya autoescuela del humor se practica el chiste fino y británico. Ya saben, gracietas sobre el exterminio de arquitectos y ejercicios de conducción arriesgada. Luego, como tantas parejas, Casado y Carromero se divorciaron en paz y tomaron cada uno su camino hacia el éxito: uno riéndose de los muertos en las cunetas, otro sembrando muertos nuevos.
La credibilidad, el insólito concepto que maneja Casado con su habitual don de lenguas, es la capa de pintura con la que Mariano pretende maquillar el cadáver en que ha consistido su gestión de gobierno. Ya que (como advirtiera Floriano, otro genio de la comunicación verbal, en una reunión de tupperware que mantuvieron las principales luminarias del partido) “nos ha faltado piel”, Mariano ha encargado dos botes de pintura color carne para tapar la podre: devolución de lo previamente robado a los funcionarios, rebajas fiscales, bajadas de impuestos y limosnas a los pobres a la salida de misa. Más creíbles no pueden ser, la verdad. Ahora sólo hacen falta los correspondientes crédulos, que los habrá a millones.
Entre las novedades anunciadas en la nueva estrategia de comunicación del partido se baraja la idea de que sea el propio Mariano el que presente en público las medidas, aunque todavía no han decidido si lo hará en 48 pulgadas, en banda ancha, vía satélite o vía ouija. También está previsto, como plato fuerte de la inauguración del Campus de Verano FAES, la presentación del The New Azores Trio Reloaded, formado por Jose Mari Aznar, María Dolores de Cospedal y la aparición estelar de Nicholas Sarkozy, quien muy probablemente interpretará su gran éxito “El fontanero en tacones”, en donde compara el problema de la inmigración ilegal con una fuga de agua en una casa. Seguro que el público de FAES, al unísono con nuestra perspicaz Fiscalía, aplaudirá a rabiar este sainete tan políticamente correcto sobre los centenares de ahogados en el Mediterráneo.
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