domingo, 26 de xullo de 2015

Yo votaría al rey de los salvajes

Quizá Iglesias debería aspirar a encajar en el papel de Mance Rayder, el rey más allá del Muro, el líder que consiguió reunir a cientos de tribus enfrentadas.

Ramón Calandria
www.diagonalperiodico.net

El expresidente Felipe González apareció como Vito Corleone en carteles políticos de los 80 y, junto a su Gobierno, en un satírico retrato de Goya de la Familia de Carlos IV. Aznar con orejas de Mickey Mouse, Zapatero, que aún hoy sigue siendo "bambi" o Rajoy en todo tipo de gestos absurdos. Todos los presidentes han pasado por el trance de verse disfrazados por sus adversarios.
Nadie hasta ahora había elegido personaje… hasta que llegó Pablo Iglesias y su afición por Juego de Tronos, una serie de TV que ha tenido un impacto en España que ni Pasión de Gavilanes.
Tal vez porque es más inteligente situarse en el lugar que uno quiere ocupar "y no donde nos quiere situar el adversario", Iglesias ha optado en varias ocasiones por identificar a Podemos (y, añadimos, a sí mismo) con Daenerys 'Khaleesi' Targaryen, la principal candidata al trono de Poniente, el mundo de fantasía donde transcurre la serie. Y aunque Poniente no tenga ningún parecido con España a estas alturas de 2015, nos sumamos a la práctica tan veraniega de especular con el Juego de Tronos nacional.
Pero, quedan advertidos, para eso tendremos que destripar contenidos de la superproducción: este pasatiempo contiene los denostados "spoiler".

Iglesias quiere ser Khaleesi

No hace falta comprar las teorías que se van a exponer a continuación, pero sepan que la mayoría están sacadas de las declaraciones del secretario general de Podemos. El hecho es que Iglesias ha publicado un libro sobre las lecciones políticas de Juego de Tronos, con el espectacular título de Ganar o Morir.
Iglesias podría aspirar a encajar en el papel de Mance Rayder, que unió a cientos de tribus con horizontalidad
Fuera de platós de televisión y producción editorial, no es secreto que la machacona obsesión por "ganar" ha llevado a sectores muy cercanos a la promotora de Podemos a autobautizarse como "los Lannister", la decadente familia que controla sin ningún tipo de piedad ni moral los hilos de Poniente. Sin embargo, en público Iglesias ha explicado en varias ocasiones cuáles son sus referentes en Poniente.
El secretario general descarta identificarse con perdedores de intachable moral (los Stark, en la serie), valora la inteligencia política de personajes sin demasiada moral (Lord Varys) y explica cuáles son los personajes con los que él se identifica. Son principalmente dos: Khaleesi y Tyrion Lannister.
Si extrapolamos, Tyrion Lannister sería lo más parecido a un representante de la clase media en el imperio de Poniente. Aunque pertenece a la aristocracia, su enanismo lo ha convertido en un apestado dentro de su propia familia, lo que le sitúa en una tierra de nadie entre la corte y el pueblo llano, al que trata con abierta simpatía.
El "gnomo" es partidario de un cambio tranquilo, basado en una vida con algo menos de violencia, lo que no es poco dado el infierno en el que se ha convertido el mundo que ha escrito George R.R. Martin, autor de la serie.
El posibilismo del pequeño de los Lannister le ha llevado a ser un gobernante justo de la capital del reino. Los detractores de Iglesias –y de Tyrion– dirán que, desde el principio, este personaje acepta las reglas del juego. Que sólo quiere que algo cambie para que nada cambie.
Daenerys Targaryen es la Khaleesi, la madre de dragones y liberadora de esclavos. Si trasladamos este personaje al contexto actual, Khaleesi estaría destinada a romper el Régimen del 78 y destruir la rueda del bipartidismo –pero no sólo– para que no vuelva a girar. La misión incluso podría ser llevar a cabo una revolución democrática en forma de proceso constituyente para Poniente. De Khaleesi, Iglesias destaca que lleva a cabo su plan con moral y legitimidad.
Objetivamente, el principal hándicap es que la madre de dragones está muy sola. Su plan no está hecho para tiempos de paz, sino para tiempos de guerra. En nuestro caso la paz serían los relativos "brotes verdes" de la economía y la guerra, la realidad sin enmascarar de desigualdad, paro y precariedad. Pero, en la paz, Khaleesi se enreda en la política palaciega que sus rivales –que le tienden todo tipo de trampas– conocen tan bien.

La tercera vía

Sin embargo, ¿por qué partir del marco dado por Iglesias? Los dos personajes escogidos tienen un elemento en común fundamental: pertenecen al régimen instaurado. Por eso, quizá Iglesias debería aspirar a encajar en el papel de Mance Rayder, el rey más allá del Muro, el líder que consiguió reunir a cientos de tribus enfrentadas, a cientos de miles de "salvajes", excluidas por el mero hecho de nacer del "lado equivocado del muro", los verdaderos desharrapados de la serie junto con el pueblo de esclavos al que libera Khaleesi.
El método de Khaleesi sigue los cauces establecidos por la vieja política: una familia derrotada pero no destruida (la socialdemócrata)
Pero entre la reina Targaryen y el rey "más allá del muro" una diferencia fundamental. Mientras Mance une a su ejército con diálogo, proporcionalidad y horizontalidad a partir de su liderazgo indiscutido, el método de Khaleesi sigue los cauces establecidos por la vieja política: una familia derrotada pero no destruida (la socialdemócrata), diplomacia, demostración de fuerza y conflicto.
O, como escribió Juan Carlos Monedero en Ganar o Morir: "No es verdad que haya esperanza en Khaleesi y su liberación de los esclavos. La tarea catalizadora del liderazgo sólo es útil para la emancipación si empodera a los subalternos. Khaleesi es una reina que se cree reina. Por tanto, es una demente".
No hace falta decir que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, pero, por si sirve de algo esto de comparar, extrapolar y proyectar sobre nuestro día a día, vaya desde aquí un pequeño homenaje a Mance Rayder. Un ejemplo en la lucha contra los caminantes blancos –los cuatro jinetes del apocalipsis: deuda, austeridad, recortes y paro– y, no está de más recordarlo, el único líder al que realmente acompaña su pueblo.
Desde aquí nuestro deseo de que, al contrario que en la serie, la sangre no llegue al río e Iglesias no termine como el rey de los salvajes, digno pero quemado en una hoguera encendida por los hombres de negro.

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