mércores, 31 de decembro de 2014

El retrato pornográfico de los Borbones


David Becerra
http://www.elconfidencial.com/

Si les pareció empalagoso el retrato de la familia real realizado por Antonio López, sea porque no les interesa el arte cortesano, sea porque el exceso de luz en realidad ocultaba las partes oscuras de tan regia familia, acaso una buena forma de reconciliarse con la pintura palaciega sea aproximarse a las acuarelas satíricas firmadas por el seudónimo SEM, y normalmente atribuidas a los hermanos Bécquer, Valeriano y Gustavo Adolfo, tituladas Los Borbones en pelota.
Aunque está muy extendida la expresión «en pelotas», en plural, para referirse al desnudo, por la asociación que se establece, por su cuestiones obvias, entre los testículos y las pelotas, lo cierto es que en su origen la expresión se escribía en singular, ya que «pelota» era el nombre que recibía la prenda interior que se usaba en los siglos XVI y XVII.
Una reedición de 'Los Borbones en pelota' cuestiona la autoría de los hermanos Bécquer y ofrece nuevos textos que acompañan las polémicas ilustraciones

En Los Borbones en pelota la monarquía no aparece tan favorecida como en el retrato de Antonio López. Estas acuarelas, que fueron publicadas en revistas periódicas de la época, aunque también en aleluyas o litografías sueltas, entre 1865 y 1872, muestran a la reina Isabel II y a su comitiva de cortesanos en las alcobas, y no descansando después una agitada jornada de trabajo precisamente. Se trata de una colección de imágenes satíricas que, acompañadas por frases o versos igualmente mordaces que ponen en palabras lo que la imagen enseña, caricaturizan la vida política del reinado de Isabel II desde una perspectiva claramente antimonárquica

Son dibujos que rozan, y en ocasiones superan, lo pornográfico. En ellos reconocemos a los personajes más ilustres de la época, desde Sagasta hasta el Papa, además de los siempre presentes Borbones, sin ropa y en el ejercicio de distintas actividades lujuriosas. Con el sexo al aire, vemos a la reina masturbándose o regodeándose de placer con distintos personajes, sean clérigos, viejos, diputados o «con chulo, cetro y corona», como reza el texto que acompaña una acuarela. Mientras tanto, Francisco de Asís, el esposo de la reina, aparece siempre ilustrado con cuernos que adornan su frente o entendiéndose con una monja, cuando no se le nombra directamente «el rey consorte /primer pajillero de la corte».

Todo ello, con la convulsa vida política de fondo, con especial atención a la revolución de septiembre de 1868, denominada «La Gloriosa», que puso fin al reinado de Isabel II. En fin, los Borbones en estado puro, siempre envueltos en escándalos morales y políticos. Más o menos, como ahora.
Los Borbones en pelota acaba de conocer una nueva –y original– edición, coordinada por Manuel Martínez Forega para la editorial Olifante Ibérico. Esta edición, además de presentar las acuarelas originales, se completa con textos y poemas escritos en la actualidad, que glosan, en prosa o en verso, lo que sucede en las sátiras. Entre la nómina de autores –casi un centenar– que integran esta edición de Los Borbones en pelota destacan poetas comoAntonio OrihuelaAlberto García Teresa o Luis Alberto de Cuenca, intelectuales como Ramón Acín o Fernando Aínsa, o  políticos comoChesús Yuste. Todos estos textos, de un modo u otro, actualizan o dan continuidad a unas imágenes que tal vez, a pesar del siglo y medio de distancia, no han perdido del todo la vigencia.
Además, esta edición Los Borbones en pelota está precedida por un riguroso estudio introductorio del profesor  Jesús Rubio Jiménez, en cuyas páginas cuestiona que la autoría de esta colección de acuarelas pertenezca en exclusiva a los hermanos Bécquer. Para ello el autor considera conveniente no perder de vista la secuencia cronológica.
Las acuarelas Los Borbones en pelota fueron ingresadas en la Biblioteca Nacional en 1986 y publicadas por primera vez como conjunto por Lee Fontanella en 1991. En la edición de Fontanella se atribuye la autoría de las acuarelas a los hermanos Bécquer al retomar, sin cuestionamiento crítico, los estudios realizados en la década de los cincuenta del siglo XX. Todo el malentendido partía de una nota necrológica sobre Adolfo Gustavo Bécquer, publicada en la revista Gil Blas, donde se decía que los hermanos Bécquer habían firmado sus dibujos en la primera época de esa misma revista usando el pseudónimo SEM.
Esta nota sirvió para armar la teoría de los hermanos Bécquer como autores de Los Borbones en pelota. Cuando en 1991 se publicó la edición de Fontanella dio comienzo al debate. Unos no creían que un poeta sensible como el romántico –o post-romántico: no es este lugar para controversias académicas– Gustavo Adolfo Bécquer pudiera verse mezclado con imágenes satíricas, de elevado contenido pornográfico, como las que mostraban las acuarelas; otros, la mayoría, asumieron la identificación de la firma SEM con los hermanos Bécquer a la ligera, sin reparar en otras cuestiones que parecían contradecir tal asociación.
Rubio Jiménez, el autor del estudio de esta edición de Los Borbones en pelota, se opuso a la identificación no porque le causara incredulidad la asociación entre las imágenes y el romanticismo becqueriano, sino porque observó que la cronología no encajaba. Si bien puede ser cierto que, como reza la necrológica, los Bécquer pudieron publicar en Gil Blas bajo el pseudónimo SEM en 1965, también es verdad que SEM siguió firmando litografías una vez los hermanos Bécquer habían fallecido.
¿Quién hay detrás de SEM? ¿Varios autores? Es probable, pero lo que parece seguro, según ha demostrado Jesús Rubio Jiménez, es que el autor de algunas acuarelas fue el pintor republicano Francisco Ortego. Esta edición, pues, se publica ya sin el nombre de los Bécquer en el lomo del libro, dejando su autoría en la misteriosa firma SEM.

Sea como fuere, en Los Borbones en pelota los tatarabuelos de quienes hoy ostentan el cetro y la corona, y no sabemos si algo más, no salen tan favorecidos como en el retrato de Antonio López, pero acaso ilustran mejor los escándalos que desde aquellos años les vienen acompañando.

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