xoves, 24 de marzo de 2016

¿Existe el derecho de acoso? El caso López Madrid destapa las cloacas del sistema

Durante varios meses la doctora Elisa Pinto estuvo acudiendo a la policía a denunciar el acoso sexual a que la venía sometiendo el empresario López Madrid, mostrando las fotografías, llamadas y mensajes…


Eduardo Suárez | Fernando Lázaro | Ana Sánchez | Miguel Ángel Pérez
http://iniciativadebate.org/

Elisa Pinto Romero (Madrid, 1967) tiene tres hijos y es una de las dermatólogas con más clientes de Madrid. Desde hace años pasa consulta en la clínica San Camilo: un centro que se encuentra en el corazón del barrio de Salamanca y donde trata a ministros, empresarios y miembros de la alta sociedad de la capital.
En julio de 2012, acudió al plató del programa ‘Espejo Público’ para dar consejos sobre el cuidado de la piel. Uno de sus pacientes era el abogado Javier López Madrid, consejero delegado de la constructora OHL, y yerno del empresario Juan Miguel Villar Mir.
“Es entonces cuando empieza a escribirme mensajes por WhatsApp y poco a poco empieza una especie de flirteo telefónico. Al principio intento eludirlo, pero durante el verano empieza a enviarme mensajes de texto y mensajes de voz subidos de tono con contenidos e imágenes de índole sexual.
El momento clave llega en septiembre de 2012 cuando me pasa algo increíble, al llegar al hotel Bristol de París para participar en un congreso, recibo una llamada de Javier. No respondo y unos minutos después llaman a la puerta de mi habitación.
Al abrir, me lo encuentro y me dice que ha venido a mantener relaciones sexuales conmigo. Que está libre toda la noche y que si quiero me paga la habitación y se marcha a la mañana siguiente. Inmediatamente le digo que se vaya. Le explico que si no, lo voy a denunciar. Que aquello es Francia y que allí sí que lo meten en la cárcel. La discusión se produce dentro de la habitación durante 10 o 20 minutos, no lo sé. Justo entonces llama el mozo de maletas y se marcha.
Yo entro un poco en pánico, cambio la fecha de mi billete y regreso a Madrid esa misma noche. Según me dice antes de irse, ha volado en un avión privado al aeropuerto de Le Bourget y lo acompañaba una persona que lo ha dejado en la terraza del hotel. Yo no le había dicho que fuera a ir a París. Pero él siempre me decía que estaba controlada y que sabía mis movimientos.
Algunas veces me decía que tenía a su servicio medios policiales y que le ayudaba su amistad con la Casa Real. Que si en algún momento le denunciaba iban a enterrar las denuncias porque él tenía policías y amigos suyos que me podían pinchar el teléfono.
Mi actitud es intentar evitar la denuncia por acoso y resolver la situación de una manera pacífica. Si no lo denuncio entonces es por su poder y por sus relaciones.
En junio de 2013, Javier me dice que ha contactado con unos amigos policías que le van a ayudar a ponerme en mi sitio. Uno de ellos, según me dice, es el comisario Pepe Villarejo.
En septiembre, empiezo a recibir mensajes anónimos desde móviles y desde cabinas telefónicas. Era una voz de mujer que me llamaba puta y que me decía que me alejara de López Madrid. Anulo el teléfono al que me llegan esas llamadas y recibo una similar en el de mi casa el 3 de noviembre de 2013. Sigo recibiendo mensajes desde números anónimos y lo dejo todo en manos de mi letrado, al que le digo que transmita a Javier que estoy dispuesta a no denunciar nada si me deja en paz, pero continúan: ‘debes de tener unas enormes habilidades sexuales para que estemos desplegando este tipo de dispositivo por tu culpa’… También me llaman ‘puta judía’ porque mi padre era judío.
Javier dice que hay tres mujeres que tiene dentro de su ‘cuadra’ porque mantiene relaciones con ellas. Luego habla de otras con las que lo ha intentado y no lo ha conseguido. Dice que el marido de una le ha querido pegar un puñetazo y que es una mojigata. Pero no quiero dar nombres. Hablo sólo de aquéllas que él dice que forman parte de su cuadra porque entiendo que en un momento determinado pueden prestarle ayuda.
El 5 de enero de 2014, al llegar a casa, recibo la enésima llamada amenazante y decido que ya no aguanto más y me voy a denunciar los hechos a la comisaría de Chamartín.
Desde entonces, todo se recrudece. Mi hijo ha recibido hasta cuatro amenazas a la puerta del colegio, siempre de la misma persona”.
Pero las cosas llegaron mucho más lejos. El 13 de enero de 2014 fue apuñalada por un hombre con un objeto punzante en el antebrazo izquierdo y el 10 de abril la asaltó de nuevo un sicario que la acuchilló en el abdomen.
Ese día la doctora había recogido a su hijo de 10 años a la salida del colegio y quiso recompensarle con una hamburguesa. Tras desplazarse con su vehículo, un SsangYong Rodius, al establecimiento, cuando sale del automóvil y abre el maletero, un hombre se le acerca por detrás y la hiere en el abdomen con una arma blanca. La dermatóloga comienza a sangrar ante la mirada horrorizada de su hijo menor de 10 años al que grita que no salga del coche.
A duras penas, la doctora Pinto se pone a conducir mientras su camisa se llena de sangre. Con la mano izquierda tapona la herida y con la derecha mueve el volante y la palanca de cambios. Su estado le provoca dar varios frenazos, incluso se escora hacia la izquierda cuando atraviesa la calle Triana, a pocos metros de su domicilio.
Los bandazos del vehículo son captados por las cámaras de vigilancia de un Centro de Seguridad del Ejército de Tierra, situadas en el número 46 de la citada calle. Posteriormente, mientras su hijo de 10 años llama al 112 preso del pánico, consigue llegar a la puerta de su casa donde es auxiliada por dos agentes de policía y trasladada al Hospital Gregorio Marañón. El vídeo desmiente el informe policial que señala que no se observa ningún vehículo coincidente con el de la agredida, y que es asumido íntegramente por la fiscalía.
En el segundo de los ataques estaba presente el hijo de Pinto, que en ese momento tenía 9 años, que afirmó que el agresor repetía: “López Madrid quiere que cierres la boca”. Elisa Pinto afirma que la Policía Nacional solicitó la grabación de las cámaras de seguridad con una hora de retraso, por error, y cuando se dieron cuenta, las imágenes se habían perdido. Las dos agresiones con arma blanca tuvieron lugar después de que la doctora denunciara a López Madrid ante los tribunales, y de que se dictara una orden de alejamiento impidiéndole acercarse a menos de 500 metros de ella.
Durante meses la doctora Pinto estuvo acudiendo a dependencias policiales para denunciar llamadas, mensajes, o agresiones, aportando fotografias y mensajes de teléfono presuntamente enviados por el empresario que podían haber permitido una investigación, cuando menos, más veloz. Pero Elisa Pinto salía cada vez de la Comisaría de Chamartín frustrada, con la convicción de que había más preocupación por proteger a López Madrid y a quienes «trabajaban» para él, que en esclarecer los hechos y arroparle a ella, la víctima. Según fuentes próximas a ella, en una ocasión un policía de la Comisaría de Chamartín, de forma oficiosa, le recomendó que acudiera a otras dependencias, alegando que allí no iba a conseguir que sus denuncias prosperaran.
La dermatologa acusa a la Policía de un montaje con el objetivo de exculpar al empresario Javier López Madrid. Manifiesta que los agentes policiales encargados del caso manipularon el informe de las llamadas geolocalizadas realizadas contra ella desde España,  porque la doctora se encontraba de viaje en  en la República Dominicana, y resulta imposible que ella misma se autollamara para fingir esas amenazas.

El nombre de López Madrid lleva semanas circulando en prensa por su vinculación con el caso de las tarjetas black de Caja Madrid, pero además López Madrid es amigo íntimo de Felipe VI desde su infancia y fiel escudero de sus andanzas amorosas, y su mujer amiga de la infanta Cristina y de la Reina Letizia.
El pasado mes de febrero, Elisa Pinto presentó un escrito en la Secretaría de Estado de Seguridad por lo que considera pasividad absoluta por parte de la Policía, así como un intento de «tapar» a algún agente que podría estar implicado en el caso, así cómo que López Madrid había contratado a un comisario, José Villarejo, para presionarla y que retirara la denuncia.
Ahora un juzgado de Madrid está investigando en una pieza secreta la«pasividad» policial en la investigación. La semana pasada, en una nueva comparecencia ante la Policía, como consecuencia de la pieza secreta abierta por el juzgado, la doctora identificó fotográficamente al comisario Pepe Villarejo como la persona que le asestó una de las puñaladas. Diligencia pendiente de una rueda de reconocimiento suspendida en dos ocasiones a petición de este mismo mando policial por alegar que estaba fuera de España realizando misiones de trabajo.
Recientemente, el juzgado levantó el secreto de sumario en el que figuraba el informe de la UCO (Unidad Central Operativa) al que ha tenido acceso EL MUNDO. En él, los especialistas de la Guardia Civil detallan el análisis de los móviles que la juez obligó a entregaral empresario. «El terminal telefónico aportado ha sido manipulado antes de su entrega en sede judicial», alerta en los primeros párrafos la Guardia Civil a la juez, refiriéndose a un mensaje recibido por López Madrid de un técnico de su empresa el día 30 de enero de 2015: «Ya tenemos el backup de tu móvil para el juzgado». Los agentes señalan: «Existen relaciones estrechas» con comisarios de Policía, tanto de Información como de la Policía Judicial, donde López Madrid acudió a denunciar a su vez a la doctora. El informe incluye a un comisario de Madrid al que desde el teléfono de López Madrid se le llama el día 22 de noviembre de 2014, y a otro el día 12 de noviembre de 2014. Además de estos dos altos mandos, el informe del Instituto Armado aporta también la identidad de varios mandos policiales, en concreto, tres pertenecientes a la Comisaría de Policía Judicial de Madrid y dos de la Comisaría General de Información.
Alertan los responsables de la Guardia Civil de que cuando accedieron al móvil de López Madrid se encontraron con un importante volumen de material que había sido borrado. De hecho, las llamadas con todos los mandos policiales habían sido borradas, más todos los chats (559), además de 1.603 de los 2.577 contactos, y 571 de los 678 mensajes SMS que también sufrieron una importante limpia. Pero sin duda, la palma se la llevó el registro de llamadas: 4.655 de 4.989 habían sido borradas. Sin embargo, los técnicos de la Guardia Civi lograron recuperar una parte importante del material.
Y en las llamadas con mandos policiales que intentaron borrar y que la Guardia Civil ha logrado recomponer, muchos de ellos llaman la judía, refiriéndose a la dermatóloga Elisa Pinto.
El 13 de abril se recibió un mensaje en el móvil de López Madrid: «Hicimos lo que querías el jueves por la tarde. Iba con su hijo pequeño que no paraba de llorar. Fue en la tripa! Como sangraba la puta! Ahora sí que te tiene miedo. Llevamos en la puerta de su casa varios días y no se ha atrevido a salir. La llevaron al Marañón en una UVI móvil y su hijo tenía un ataque. Estarás feliz».(Recordemos que el 10 de abril de 2014 la doctora fue agredida en presencia de su hijo de 10 años).
El 22 de mayo se le envía a López Madrid copia del mensaje enviado a la doctora: «Cuanto tiempo vas a aguantar la presion, a nosotros nos pagan por acabar contigo y con tus hijos».
El 23 de mayo de 2014 de este otro: «Tú elegiste a la víctima. Te entregamos a la judía y no dudaste nos lo pusiste fácil. Un consejo, no sigas con la coartada de que te acosa. Nadie te cree y te llaman el Brad Pitt de Puerta de Hierro».
El 27 de mayo de 2014 al móvil de López Madrid llega otro más: «Te avisamos. No hay solución. Esto avanzará y en el juicio saldrá lo que te hemos contado y muchos más nombres, gustos, aficiones y todo documentado. Tu vida da mucho juego, tío. Te mandamos el mensaje enviado a la judía: Hoy has salido de casa a las 8 has ido al hospital. Has salido a las 2.30. Has vuelto a casa donde te ha visitado tu profesor de yoga a las 4. Se está yendo ahora mismo. Estamos pendientes de ti ».
El 9 de junio de 2014 el mismo móvil recibió este mensaje: «Enviado a la judía. Tú y tus hijos estáis muertos. Hoy no te hemos seguido, ya no lo hacemos casi nunca. Pero no estés tranquila, pronto tú o tus hijos sabréis de nosotros»
El mensaje del 12 de junio de 2014 apunta: «Qué estúpido lavado de cara te has hecho en el confidencial. Los amigos de Pepe están en todas partes. Quienes no te conocían, te conocen. Esperemos que Felipe no se enfade mucho de este despliegue. En un momento tan delicado deberías haber sido discreto. (…) Tío vas de error en error metiendo a más en tu mierda».
El 21 de noviembre de 2014: «Tan listo y sigues sin enterarte. Tú centraste la investigación en ella y fue tu error. Nadie ha buscado alternativas y ya es tarde. La judía cree que la quieres matar y va a muerte».
26 de novembre de 2014: «Deberías haber aprovechado los días de soledad familiar para pensar o comprender lo que pasa o acabarás en la cárcel. La judía está limpia y las trampas han dejado rastros».
Declara la doctora:
“Apenas sentí nada con la puñalada en el brazo, pero la puñalada en el abdomen me provocó un dolor muy fuerte. Yo pensé que me habían matado. Fue dolorosísimo. A quien crea que esto es un montaje le diría que no sólo me ha afectado a mí, sino a mi familia. Hay un niño menor de 10 años que ha tenido que declarar en el juzgado y que está en tratamiento psiquiátrico. Cuando me apuñalaron, estuve una semana sin salir de mi casa. Sólo volví a hacerlo cuando empecé a tener seguridad privada. No he pisado la calle sola desde entonces. Sólo quiero que esto pare”.
A pesar de todas estas pruebas, el fiscal del caso ha solicitado archivar la causa.
El 11 de marzo de 2016 la jueza la sobresee.

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