Isaac Rosa
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Me levanté el lunes con ganas de escribir un artículo, este, donde comentar el "giro a la izquierda" del "nuevo" PSOE con el "renacido" Pedro Sánchez, y la acumulación de comillas en una sola frase ya les da la pista de por dónde pensaba ir: que no me creo nada, vaya, ni el giro, ni la novedad ni el renacimiento. A otro perro con ese hueso, que este es el PSOE de toda la vida y… Entonces escuché en la radio a Rajoy pidiendo a Sánchez que deje de lado "el extremismo, el griterío, el radicalismo y la crispación que están de moda hoy".
Eh, me dije. Extremismo, radicalismo…, suena bien… No, ni caso, que es Rajoy. Así que seguí con mi artículo. En el primer párrafo pensaba repasar la trayectoria de Sánchez: pacto con Ciudadanos, liberalismo económico, aparatero hasta que el aparato lo devoró… Pero entonces me encontré en Twitter las palabras de Martínez-Maillo, del PP, acusando a Sánchez de tener "complejo podemita" y haber "abandonado la moderación".
Sin tiempo para procesarlo, apareció en la tele Pablo Casado, portavoz del PP: Sánchez se ha "radicalizado" y "ha abandonado el centro". Además, señaló la presencia en el congreso socialista de "banderas preconstitucionales" (republicanas), y remató diciendo que el PSOE "coquetea con sistemas más propios de repúblicas bananeras".
Alto ahí, me dije, excitadísimo. Radicalidad, abandono de centro, banderas tricolores ¡y hasta repúblicas bananeras! Confieso que tuve un momento de debilidad. ¿Y si de verdad el PSOE está girando a la izquierda? Pero recuperé la cordura, me eché agua en la cara, tomé otro café, y me puse a hablar solo: ¿Bandera republicana? Venga ya, si me acuerdo del banderón aquel rojigualdo. ¿Plurinacionalidad? ¡Si le faltó tiempo para llamar a Rajoy y ponerse a su lado en la defensa de la Constitución!
Que no, que no me la vuelven a pegar, que es el viejo truco de siempre: el PSOE saca a pasear sus almas de izquierda, republicana, federal, laica, etc., cada vez que flojea electoralmente, y una vez en el gobierno las vuelve a encerrar en el almario. Y además, ¿qué radicalidad? ¡Pero si en la ejecutiva está Patxi López, lehendakari con el apoyo del PP! Y de portavoz en el Congreso, una jueza del Supremo y ex secretaria de Interior, ¡qué radicalidad! Y la república, sí, claro…
Para evitar nuevas interferencias, apagué radio, tele e internet, y eché un vistazo a la reposada prensa de papel. Y ahí estaba: el kiosco madrileño unánime en su crítica al "radical" Sánchez. El País "decepcionado" por los "continuos guiños a Podemos y los independentistas", y su "débil cuando no inexistente compromiso con la Constitución". El Mundo diciendo que Sánchez "reivindica el 15-M y un cordón sanitario contra el PP". La Razón acusándolo de "mimetizarse con la izquierda populista". Y en páginas interiores el columneo desatado. Tras leer a Losantos mezclar 15M, conspiranoia 11M y PSOE de Sánchez, caí de rodillas, rendido.
Cuando la derecha política y mediática se remangan y se ponen a picar piedras como un solo hombre, todo es posible: consiguieron multiplicar los independentistas en Cataluña a base de atacar el 'procés' día sí y día también. Lograron aupar a Podemos de la nada a liderar las encuestas a fuerza de criminalizarlos y demonizarlos. Y con Sánchez, ya contribuyeron lo suyo a que en las primarias brillase como "líder de la militancia" de tanto sacudirle, mientras hundían a Susana Díaz de tanto ensalzarla.
Si ahora se proponen convencernos de que Sánchez es un radical, anticonstitucional, izquierdista y populista, no duden que lo llevarán en volandas hasta la Moncloa. Unos cuantos lunes más como este, y nos afiliamos al PSOE.
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